martes, 2 de junio de 2015

Devociones: "Despójate de la carga y alaba a DIOS".

"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente"
                                         (Mateo 22:37)

    Cuando el creyente es expuesto a pruebas desagradables y no ha obtenido lo que esperaba de parte de DIOS, puede desarrollarse endurecimiento en su corazón. Y así su alabanza es silenciada. Aquellos labíos que antes bendecían se convierten en un manantial de quejas. Lejos de  reconocer todo el bien que recibe de parte de DIOS esta persona se enfocará en lo que aparentemente está mal en su vida. Mirará obstáculos y problemas en donde el SEÑOR quiere actuar. Y su corazón dañado merará oscuridad donde hay luz.
Cuando el creyente cambía sus palabras de alabanza por palabras de pesimismo y queja, éste se separa de DIOS. Y a pesar de que el SEÑOR le ayude con lo que está batallando dentro de sí existirá inseguridad por la barrera que ha interpuesto con sus palabras. Por el contrario cuando éste reconoce sus faltas y comienza a cultivar la gratitud, se acercará a DIOS.
     Las escrituras nos enseñan que el SEÑOR habita en la alabanza de Su pueblo (Salmo 22:3), no en medio del pesimismo y quejas. Al momento que el creyente reconoce sus pecados ante DIOS y comienza a alabarle sin importar lo que esté viviendo. Él envía la victoria. Cuando se reconoce que DIOS ha sido bueno y misericordioso a pesar de los golpes que la vida o el enemigo puedan dar, el SEÑOR manifiesta Su presencia sometiendo bajo Sí aquello que oprimió a los suyos. Dándoles reposo.
    Querido hermano, si has permitido que entre en tu corazón el pecado de la queja, pesimismo, rebelión o inconformidad deshazte de ello y permite que DIOS actúe en ti. Sin importar cuánto tiempo lleves viviendo así, pues Jesús hizo provisión en la Cruz para sostenerte en tus errores (Romanos 4:8; 5:17). Ponte a cuentas con DIOS y recibe por gracia lo que necesitas para ser edificado.

   "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad"
                                         (1 Juan 1:9)
Si has creído que DIOS puede quitarte la carga y restaurarte, haz esta oración:

DIOS, perdona mis pecados. Limpia mi corazón y edifícame por los méritos de Jesús en la Cruz. Ayúdame a mostrar un arrepentimiento genuino y darte el primer lugar en mi vida. Restaura en mí tu alabanza. Oro esto en el nombre de Jesús. Amén.   

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