lunes, 23 de mayo de 2016

Devociones: "La Obediencia como prueba de nuestra fe".

"Porque vuestra obediencia ha venido a ser notorio  a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seas sabio para bien, e ingenuo para el mal".
                                      (Romanos 16:20)

   Siempre en mis devocionales escribo algo sobre la obediencia, pero sin profundizar mucho y a la verdad, creo que es un tema que bien merece más profundidad, pues es esencial, primordial, y fundamental para entender nuestra vida cristiana y espiritual.
     Por los comentarios que puedo leer de los amados lectores y por mi propia experiencia, he podido deducir que el cristianismo es algo muy simple y sencillo, pero a la vez complejo, a veces difícil de entender y definitivamente verdaderamente fundamental y transcendental; es una puerta estrecha que nos lleva por caminos desconocidos, que nos enseña acerca de la vida y como debemos conducirnos en ella, pero también nos habla de una realidad espiritual que podemos experimentar paulativamente e ir madurando y creciendo en gracia, amor, sabiduria y paz; inicialmente somos como bebes espirituales (venimos a tener un segundo nacimiento en el Espiritu); aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador y aunque aparentemente nuestra vida continúe igual, con todas sus contradicciones y frustraciones, ya nuestra vida nunca mas volverá a ser igual; esa semilla de vida que fue sembrada en nosotros, comienza a crecer y a fortalecerse hasta llegar a ser un arbusto, arbolito o un frondoso árbol cuyos frutos comienzan a brotar y sea imposible ocultarlos.
    Y a la base de este crecimiento, madurez y frutos, es una sola: La Obediencia. Soy consciente que hablar de obediencia es más que practicarla, porque yo mismo acabo de pasar por un proceso donde tengo que escoger entre mis propios sentimientos y deseos, lo que quiero y lo que puedo, lo que no y confrontándome a mi mismo, he llegado a la conclusión que aunque yo quisiera, ya no puedo seguir mis propios pasos, ni siquiera hacer mi entera voluntad conforme a mi me plazca, ni apoyarme en mi propia sabiduria o lógica. La vida que ha crecido en mi (en Espíritu) no me lo permite, pues amonesta mi conciencia, me roba la paz y me siento intranquilo, pues ya no soy ni sordo ni ciego para no entender, ver y discernir la voz de Dios.
    La vida cristiana o espiritual es un regalo maravilloso que junto con el amor de Dios, aprecio por encima de todas las cosas y por nada en el mundo voy a sacrificarlos, antes bien, traigo a mi mente el conocimiento que tengo de Dios y su Palabra y hago lo que allí dice que haga (aunque no entienda porqué): orar y poner delante de Dios mis peticiones y esperar, dejar que sea él quien determine si lo que le pido es viable o no.
    Seamos nosotros también fieles a su Palabra en completa obediencia y sujeción y antes de tomar cualquier decisión que pueda dañar esa perfecta relación con Él, medita, ora, consulta qué dice La Biblia sobre el tema y pon tu asunto en manos de Dios, pero no te apartes, sigue ese camino que Jesús abrió para ti, hasta que todos lleguemos a la altura que Dios quiere que lleguemos.

   Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
                                            (1 Pedro 1:23)   

No hay comentarios:

Publicar un comentario