martes, 2 de octubre de 2018

Devociones: "No seas vencido de lo malo, sino.....".

        "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal".
                                      (Romanos 12:21)

     Si este versículo no hubiera sido escrito bajo la inspiración  de Dios, diría: "No permitas que la gente camine sobre ti. Devuélveles una dosis de su misma medicina". El mundo piensa en términos de represalia y venganza.
     Pero en la escuela de Cristo aprendemos la lección opuesta. No debemos ser vencidos por el mal sino emplear el bien para vencer el mal.
    Una historia atribuida a Francisco de Asís ilustra el tema. Cuando era niño jugaba en el vecindario de su casa y descubrió que había eco cuando gritaba. Era su primera experiencia con el eco, de modo que comenzó a experimentar: Gritó: "Te odio" y el mensaje volvió: "Te odio". Subiendo el volumen, volvió a gritar: "Te odio" y las palabras volvieron una ves más con mayor intensidad: "Te odio". La tercera vez gritó con toda su fuerza: "Te odio" y las palabras repercutieron con gran vehemencia: "Te odio". Después, el silencio. Corrió a su casa llorando convulsivamente. Su madre había escuchado los fuertes gritos en el patio pero sin embargo le preguntó: "¿Qué te pasa, querido? " Contestó: "Hay un niñito ahí afuera que me odia". Su madre pensó por un momento y luego dijo: "Te diré que hacer. Ve afuera y di al niñito que lo amas".
    De modo que el jovencito salió y gritó: "Te amo". Con precisión las palabras volvieron claras y suaves: "Te amo". Gritó una vez más con mayor énfasis: "Te amo" y de nuevo escuchó la respuesta: "Te amo". Por tercera vez gritó con profunda sinceridad: "Te amo" y las palabras volvieron a él tiernamente: "Te amo".
    Mientras escribo esto, hay personas por todo el mundo que se gritan: "Te odio". Y todavía se pregunatn porqué las tensiones aumentan. Las naciones expresan su odio hacia otras naciones. Los grupos religiosos están trabados en combate. Las razas rivalizan  entre sí. Los vecinos riñen tras las cercas de sus patios y los  hogares se destrozan con luchas y amarguras, Estas personas, caerentes del fruto de Espíritu, están dejando que les venza el mal, porque el odio engendra odio. Si tan sólo cambiaran su estrategia devolviendo amor por odio, vencerían el mal con el bien y descubrirían que el amor engendra amor.

                                    "Debemos ser en extremo cuidadosos
                                 De la semilla que nuestra mano sembrará;
                                           El amor del amor germinará.
                                            El odio del odio crecerá".
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario