miércoles, 25 de junio de 2014

Devociones: "Justo parece el primero que aboga por su causa........"

"Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario y le descubre" (Proverbios 18:17).

    La primera parte de este versículo  señala una debilidad que nos es común a todos; invariablemente presentamos la evidencia de manera que nosotros quedemos lo mejor posible. Es una tendencia muy natural. Por ejemplo, ocultamos aquello que podría dañarnos y nos concentramos en lo que nos favorece. Nos comprometemos con aquellos cuyas debilidades son más obvias. Culpamos de nuestras acciones a los demás y a las acciones que son patentemente los hechos hasta que pierden todo parecido a la realidad. Utilizamos palabras colocadas de emoción para pintar un cuadro más favorable.
     Adán culpó a Eva: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí" (Génesis 3:12). Eva culpó al Diablo: "La serpiente me engañó y comí" (Génesis 3:13).
      Saúl defendió su desobediencia al perdonar las ovejas y los bueyes de los amalecitas adjudicándole un motivo piadoso: "El pueblo tomó del botín....para ofrecer sacrificio a Jehová tu Dios" (1 Samuel 15:21). Sin duda también sugirió que alguien tenía la culpa, el pueblo y él.
     David mintió a Ahimelec para conseguir armas, diciendo: "La orden del rey era apremiante" (1 Samuel 21:8). En realidad David no estaba en los negocios del rey; estaba huyendo del rey Saúl.
    La mujer samaritana ocultó la verdad: "No tengo marido" (Juan 4:17). En realidad había tenido cinco maridos, y vivía con un hombre con quien no se había casado.
     Y así sucesivamente. A causa de nuestra naturaleza caída que heredamos de Adán, es difícil ser completamente objetivos al presentar nuestra versión de un asunto. Nuestra tendencia es  mostrar nuestro mejor lado a los demás. Somos condescendientes con nuestros propios pecados mientras que los condenariamos vigorosamente si otro se atreviera a cometerlos.
   "Justo parece el primero que aboga por su causa, pero viene su adversario y le descubre", es decir, cuando su adversario tiene la oportunidad de testificar, presenta con más precisión los hechos. Expone todos los sutiles intentos de encubrimiento y vindicación propia, contando la historia sin distorsión.
   A fin de cuentas Dios nos conoce profundamente; y trae a la luz las  cosas escondidas de las tinieblas y revela los pensamientos e intenciones del corazón. Él es luz y no hay ningunas tinieblas en Él. Si queremos andar con Él en franca y sincera comunión, debemos ser honestos y honrados en todo nuestro testimonio
aun si esto resulta en nuestro propio daño. 
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario